“La nostalgia (griego clásico «regreso» y «dolor») describe un anhelo del pasado. La nostalgia es referida comúnmente no como una enfermedad ni un campo del estudio, sino como un sentimiento que cualquier persona normal puede tener. La nostalgia es el sufrimiento de pensar en algo que se ha tenido y que ahora ya no se tiene. La nostalgia se puede asociar a menudo con una memoria cariñosa de la niñez, una persona, un cierto juego o un objeto personal estimado.”*
La admiración por el pasado se ha convertido en una tendencia que cada día toma más fuerza entre la sociedad, convirtiéndose en un referente dentro de los campos artísticos, de la moda e incluso entre las marcas.
El deseo humano de vivir en un mundo mejor, genera sentimientos y percepciones que lo llevan a establecer una época dorada en su mente, una era, un periodo en el que todo fue mejor y hecho para su pensamiento y forma de vida, llevándolo a sentirse inconforme con un presente que no ofrece lo necesario para satisfacer sus necesidades intelectuales, artísticas y cotidianas.
Podemos ver como la onda vintage se toma las pasarelas y la alfombra roja trasladándose a las calles de cualquier ciudad; los mercados de las pulgas se convierten en un lugar de culto en donde se pueden encontrar grandes tesoros y objetos que en otro momento parecían obsoletos vuelven a ver la luz y se convierten en artículos de colección.
Esta disposición hacia el pasado ha sido aprovechada por muchas marcas, que se convierten en objetos de deseo al traer al presente la magia del pasado. Mientras en el mercado muchas compañías buscan modernizarse a como dé lugar, otras han encontrado su fuerza en quedarse estáticas en el tiempo y en mantener una imagen vintage, generando una fuerte una personalidad de antaño a través del diseño de su comunicación y empaque.
El marketing apela a los sentimientos de las personas, y al parecer no hay mejor forma de hacerlo que recordándoles el pasado, haciendo uso de una estética que logra captar la esencia y el corazón de épocas que ya pasaron, encontrando ese inherente pensamiento humano en el que todo tiempo pasado fue mejor.
Podemos ver como claros ejemplos de esto a Coca-Cola y Adidas originals, que han sabido hacer uso de su larga historia en el mercado, enfocándose en diferentes momentos de la marca que determinaron una era, recurriendo a la nostalgia, a capturar instantes, a representar la tradición a través de sus diseños, creando objetos que representan un sentimiento pasado, volviendo material lo etéreo, transformando al producto en tótem.
Pero además de ir directo a la “memoria del corazón” esta idea retro se presenta como un medidor de calidad y experiencia, para muchas personas un producto que se ha mantenido por años, es una mejor alternativa frente a nuevos que incursionan en el mercado. Es así que marcas que buscan trasmitir su conocimiento y jerarquía histórica hacen uso de este tipo de comunicación visual dándole importancia a su autenticidad y permanencia en el tiempo.
Toda la idea del marketing nostálgico se presenta como una respuesta al comportamiento del consumidor y su fascinación por el pasado, actúa como la máquina del tiempo que solo los libros y las películas han sido capaces de recrear, se presenta como un escape del consumismo tecnológico y el futuro robótico que la ciencia ficción nos asegura.
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